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20 Nov 2020 Reportaje Extractives

Urgen nuevas reglas comerciales para proteger el planeta

Durante meses, los satélites de observación ambiental han estado capturando imágenes de cientos de incendios arrasando bosques vírgenes y otros ecosistemas vitales del planeta.

Muchos de estos eventos, que se producen al final de una devastadora temporada de incendios, fueron provocados por agricultores que necesitan limpiar la tierra para continuar sus labores y saciar la creciente demanda mundial de soya y carne de res.

Este tipo de comercio internacional está teniendo un efecto dañino, no solo en los bosques tropicales, sino en todo el planeta, indica un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), elaborado conjuntamente con el Panel Internacional de Recursos.

El reporte, que llama a definir nuevas reglas comerciales amigables con el planeta, concluye que la extracción de recursos naturales puede provocar escasez de agua, acelerar el cambio climático y llevar a especies a la extinción, todo lo cual sería desastroso para la economía mundial.

“Las consecuencias económicas de la COVID-19 son solo el comienzo de lo que veríamos al colapsarse los sistemas naturales de la Tierra. Tenemos que asegurarnos de que nuestras políticas comerciales globales protejan el medio ambiente, por el bien del planeta y por la salud a largo plazo de nuestras economías”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.

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El costo ambiental

El nuevo informe, titulado Sustainable Trade in Resources (Comercio sostenible de recursos), fue presentado este mes por la directora ejecutiva del PNUMA en una reunión de la Organización Mundial del Comercio.

De acuerdo con el reporte, 35.000 millones de toneladas de recursos materiales, desde petróleo hasta hierro y papas, se extrajeron de la tierra en 2017 específicamente con fines comerciales.

Si bien eso ayudó a crear millones de empleos, especialmente en comunidades pobres, también tuvo un impacto profundo en el planeta. La extracción de recursos fue responsable de 90% de la pérdida de especies, 90% del estrés hídrico y 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero durante ese año.

El informe exhorta a los responsables políticos a adoptar un modelo económico circular, tomando en cuenta que se estima que la demanda de recursos naturales se duplique para 2060.

Eso haría que las empresas usaran menos recursos, reciclaran más y prolongaran la vida útil de sus productos. También crearía en los consumidores la responsabilidad de comprar menos, ahorrar energía y optar por la reparación de los bienes dañados antes de pensar en desecharlos.

"Existe la idea de que la explotación de recursos naturales es nuestro camino hacia la prosperidad. Pero eso no es cierto. Al adoptar la circularidad y reutilizar los materiales, aún podemos impulsar el crecimiento económico mientras protegemos el planeta para las generaciones futuras".

Los beneficios de la transición verde

Impulsar estos cambios sostenibles podría generar grandes dividendos para el planeta, según el informe. Al conservar los recursos, la humanidad podría reducir 90% sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Si bien el modelo circular podría tener implicaciones económicas para los países que dependen de la extracción de los recursos naturales, daría lugar a nuevas industrias dedicadas al reciclaje y la reparación. En general, predice el informe, un modelo económico más ecológico impulsaría un crecimiento de 8% para 2060.

"Existe la idea de que la explotación de recursos naturales es nuestro camino hacia la prosperidad. Pero eso no es cierto. Al adoptar la circularidad y reutilizar los materiales, aún podemos impulsar el crecimiento económico mientras protegemos el planeta para las generaciones futuras", dijo Inger Andersen.

Algunos países, tanto del mundo desarrollado como en desarrollo, han adoptado el concepto de economía circular, pero los acuerdos comerciales internacionales pueden desempeñar un papel importante en hacer que esos sistemas sean más comunes, indica el informe.

El reporte llama a la Organización Mundial del Comercio, que tiene 164 países miembros, a tener en cuenta el medio ambiente al establecer sus regulaciones. También recomendó que los pactos comerciales regionales promuevan inversiones en industrias amigables con el planeta, eliminen los subsidios “dañinos”, como los de los combustibles fósiles, y eviten socavar los acuerdos ambientales globales.

“Reorientar la economía global no es un trabajo fácil. Hay muchos intereses particulares con los que tenemos que lidiar. Pero dado que se espera que la población mundial llegue a los 10.000 millones de personas para 2050, necesitamos encontrar formas de aliviar la presión sobre el planeta", dijo Andersen.